Desde que iniciamos mucha gente me ha preguntado de donde surgió la idea. Ansioso de verme docto y conocedor, suelo inventar fantasiosas historias que a veces hasta a mí me sorprenden, al grado de que empiezo a creérmelas. Pero hoy les diré la verdad… Pluma Joven nació como un arranque más de esos que en mi corta historia han abundado. Un deseo, una emoción, un impulso llevado a cabo con la pura intención de hacer algo más; de que las cosas no se queden solo en la cabeza.
Hace dos meses, en el aburrido último jueves de febrero, llegó a mi cabeza iniciar un movimiento, un grupo y ¿porqué no? Una revista, cuyo nombre, por cuestiones obvias, sería “Pluma Joven”. “Parece nombre de indio” – pensé para mí; y comencé a teclear sin ton ni son, con el fin de definir mi idea y darla a conocer; Incluyendo a mis amigos conocidos que escribían, concretando todas mis expectativas a un proyecto que no tenía ni pies ni cabeza; pero al que le sobraba corazón.
No tenía idea ni de cómo, ni de cuando, pero estaba seguro del PORQUE. ¿Por qué iniciar un Blog si todos pueden abrir uno? ¿Por qué un grupo si todos pueden tener uno? ¿Porque pensar en una revista literaria en este mundo tan ajeno al arte escrito? No me importaba. La intención iba más allá. Maquilé un slogan algo apresurado: “Frescura, Innovación, Trascendencia” Medité un poco y le añadí el “FUTURO”. – “Es muy ambicioso”– Pensé entre mí; y con el tiempo diversa gente me lo ha dicho, respeto sus opiniones. Solo guardo silencio y en ocasiones les respondo: “Esa es la meta, la ambición.” Tenía sueños, tengo sueños; sé que debo mucho más que dedicar tiempo, sé que este es y será un medio de expresión para cualquiera y ese es el motivo que me motivaba a seguir. “Los jóvenes necesitamos espacios”, Me repetía una y otra vez.
Al día siguiente, con todos mis sueños rondando por mi cuerpo y cabeza, le platiqué todo a mi Novia, quien no estaba disponible en el momento en que surgió arranque de ambiciones literarias y mi iluso sueño de una revista en dos meses. Esperaba mucho y tenía poco; ella se dio cuenta. Sé que tenía miedo como yo y sé que lo sigue teniendo, pero conociéndome sabía y sabe que nunca me daré por vencido.
Estaba convencido de que necesitaba rodearme de gente valiosa y ellos llegaron al grupo con el entusiasmo como carta de presentación. La primera versión de lo que tiernamente llamaría “Equipo Editorial” surgió de la nada rodeada de la misma infumable energía que yacía en torno a tan fértil idea, que solo era eso, una idea, una serie de planes a futuro.
Está de más decir que los problemas comenzaron a surgir. Mientras más miembros llegaban y poco a poco se difundía el proyecto, las diferencias de opiniones en el grupo y en el mismo “Equipo Editorial” creaban caos en mi cabeza, ganas de dejar todo atrás. Al mismo tiempo las cosas en mi casa no estaban del todo bien, acusado de dedicar más tiempo a mi excesivo entusiasmo que a mi casi olvidada familia, tuve que re-aprender (o sigo intentando más bien) a organizar mi vida, mi tiempo, mi relación y mis hábitos.
Con el apoyo de un equipo dedicado que poco a poco se fue moldeando con la salida de los indispuestos y la llegada de nuevas y enérgicas mentes, el ambiente se volvió más ameno, formamos amistades y compartimos metas; logramos comenzar a moldear esto, concretar los entusiasmos de ustedes, lectores y escritores y poco a poco tomar forma, emprender camino.
A esto le falta demasiado. Hay muchas cosas por hacer, muchas caídas, aciertos, decisiones por delante. Pero hoy, a dos meses de haber iniciado, sé que esto no sólo es un sueño. Sé que cuento con por lo menos 40 escritores constantes y otros cuantos esporádicos respaldando esta idea que salió de mi cabeza y hoy está en sus manos. Sé que podemos difundirla y hacerla más grande. Pero también sé que ya no solo depende de mí, sino del trabajo y dedicación no únicamente de los que cargamos con la estructura del proyecto, sino con cada Joven escritor, cada lector momentáneo y cada curioso “¿Qué es esto?” que se escuche o lea.
Así, me despido el día de hoy cerrando esta columna de felicitación y agradeciéndoles a todo el que lea por el solo hecho de dedicarle su tiempo. Agradeciendo a todos los que han invertido segundos a conocer el proyecto, a escribir o a leer. (Como admiro al que haya llegado a leer hasta acá!); quisiera aprovechar el momento para agradecer a los miembros del Equipo Editorial por cargar un compromiso con la responsabilidad que sé que lo toman. A Max Zamarripa por su eterna disposición (¡Solo dios sabe cuánto lo valoro Max!), Abigail Arreola e Idhalid González por su amistad y entrega (regaños, peleas y discusiones), y por supuesto a Denisse Velázquez por ser el motor que me impulsa día con día y me ayuda a seguir en cada problema (<3).
Unamos a todos los jóvenes escritores en un medio de expresión fresco e innovador, Esto ya no es solo un sueño.
“Frescura, Innovación, Trascendencia; Futuro.”
“Comunidad y Revista Pluma Joven”.
Hagámoslo más grande.